- PARADA:
Tras la cena en el restaurante italiano “Rigoletto” de Plasencia, nos apetecía una copa tranquila y charlar, así que nos pareció ideal ir a la “Bodega del Parador”. Solo abren por las noches y hay que encontrar la entrada. Tras acceder al interior del Parador, en la Plaza de San Vicente, en la punta contraria por donde se accede al claustro hay una pequeña puerta que nos lleva a unas escaleras que bajan hasta la Bodega.
El sitio es precioso. Una bóveda de ladrillo con una fila en el medio de pilares de piedra nos recibe.
Madera en el suelo, cómodos sillones y velas hacen del sitio el lugar perfecto para pasar el rato charlando animadamente con los amigos o en petit comité con la pareja o… lo que quieras, el sitio es increíble.
Un camarero perfectamente vestido te prepara las copas en una camarera de madera junto a tu mesa y te las sirve con un acompañamiento de frutos secos.
Nos quedamos hasta que cerraron y es que el tiempo parece que se detiene allí abajo. Es visita obligada, pero no hay mucho sitio así que mejor ir temprano, claro, que tampoco abren antes de las 22:00 horas. (7,00-8,00 € p. copa)
Fecha de visita: Junio 2011
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