No ha
sido nuestra primera visita a la capital riojana, normal, si Logroño se caracteriza por algo, además
del vino, es por su afluencia de visitantes. Atrae al turismo.
El centro
es pequeño y se recorre en un santiamén. Está todo muy concentrado y en muy
poco espacio, así que es fácil verlo dando un paseo.
En los
alrededores del Yacimiento de Valbuena
hay amplios espacios donde aparcar, así que lo mejor es dejar el coche ahí y
adentrarnos andando en el centro.
Logroño
se sitúa junto al río Ebro, ruta antigua comercial de la ciudad, sus orígenes
se encuentran en el 574 y en la destrucción de la antigua ciudad a manos de Leovigildo
y del Cid Campeador.
Situado
en el camino de Santiago es punto importante en el paso de los peregrinos, los cuales
siempre son bienvenidos. Consiguió sus Fueros de manos de Alfonso VI en 1.095
lo que facilitaron el desarrollo económico y político de la ciudad.
Desde la Plaza Alférez Provisional tomamos la
principal vía de la población, la Calle
Portales. Porticada, como su propio nombre indica, se construyo para unir
dos puertas de la muralla.
Al
principio de la misma nos encontramos el “Centro
Cultural IberCaja La Rioja” y “La
Gota de Leche”, espacios destinados a exposiciones y eventos.
A
continuación está el “Parlamento de la
Rioja”, con entrada por la calle paralela, la de San Nicolás, situado en el
antiguo “Convento de la Merced” con
portada clasicista del S. XVII, formó parte de la muralla de la ciudad. Alberga también la biblioteca y sala de
exposiciones.
Después
nos encontramos con la Plaza de San
Agustín donde nos hallamos con el edificio neobarroco de “Correos” y se divisa al fondo el “Museo de la Rioja”, construido en
1.752, de estilo neoclásico, planta rectangular y torre central, perteneció a doña
Jacinta Martínez de Sicilia, esposa del general Espartero.
A la
altura de la Calle Capitán Galarza
podemos acercarnos al “Mercado de San
Blas” y finalmente la Concatedral.
La “Colegiata o Concatedral de Santa María la
Redonda” se remonta al S. XII. La primera iglesia románica de posible
planta poligonal o circular, de donde le queda el nombre, ha sufrido gran
cantidad de reformas y restauraciones que han dado paso al templo actual.
La
portada barroca con dos torres gemelas posee una fabulosa portada en forma de
nicho esculpida con columnas, estatuas, medallones e infinidad de ornamentos.
En el
interior tres naves de igual altura, sin crucero, cobijan en la trasera del
retablo barroco un calvario atribuido ni más ni menos que a Miguel Ángel.
Salimos
de la Concatedral y continuamos hasta el “Palacio
de los Chapiteles” que era el Ayuntamiento hasta que en 1.980 se trasladó a
un edificio más actual realizado por Rafael Moneo.
En la Plaza de San Bartolomé están la Casa de
los Periodistas y la de la Imagen, así como la “Iglesia de San Bartolomé”. Gótica de los S. XII-XIV, posee tres
naves, crucero y tres ábsides románicos. Torre reconstruida en estilo mudéjar
aragonés y espléndida portada gótica del S. XIII con figuras que nos muestran
escenas del santo y de la Biblia. En su interior sin retablo, hay dos sepulcros
con las estatuas yacentes de dos caballeros y restos pictóricos en la cabecera.
Nos
encaminamos hasta la Calle Puente
pasando por el “Palacio del Marqués de
Monesterio”, de estilo renacentista es la actual sede de la Seguridad
Social y en la Calle Marqués de San Nicolás tenemos la “Iglesia Imperial Santa María de Palacio”. Donada por Alfonso VII
de su palacio, de donde le viene el nombre, fue construida en el S. XIII sufrió
grandes reformas. Del origen conserva algunas naves y la torre octogonal
rematada con flecha gótica denominada por todo Logroño como “la aguja”. El
retablo mayor es obra de Arnaut de Bruselas.
Por la
travesía Palacio accedemos a la Rua
Vieja que coincide con el camino de Santiago y donde se encuentra el “Albergue de Peregrinos” y la “Ermita de San Gregorio”, desaparecida
en 1.971, se guardaron los sillares originales y se reconstruyó en 1.994.
En la Calle Barriocepo tenemos la “Iglesia Santiago el Real”, del S. XVI
en estilo gótico decadente posee una nave de enormes dimensiones. Bóvedas de
crucería con complicadas nervaduras se muestran tras una gran puerta de estilo
barroco coronada por un arco a modo de hornacina con estatua de Santiago.
Seguimos
andando pasando por la “Casa de la Inquisición”,
con restos de la muralla en su interior, el “Palacio Legarda” y finalizamos en las “Murallas de Revellín” y su puerta de la época de Carlos I, junto
al lugar donde hemos dejado el coche.
Y ahora tenéis
dos opciones, coger el coche y una vez os habéis empapado de cultura dejáis la
ciudad, o lo que es mi recomendación, quedaros y disfrutad de la otra gran
atracción de esta tierra. Sus vinos. Os aconsejo una vuelta por la calle Laurel
y alrededores para degustar la magnífica oferta de vinos y pinchos que os
ofrece Logroño.
Fecha de visita: Noviembre 2012
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