- PARADA:
El
segundo y tercer día en Edimburgo picamos
algo en las cervecerías, así que aprovecho para mencionar algunas de ellas.
Fueron
muchas las visitadas. Son acogedoras y el frío de la ciudad junto con lo pronto que anochece te empuja dentro de
ellas sin querer. Hay varios tipos de cervezas en ellas y muchas son fabricadas
por las propias cervecerías, así como las típicas de Edimburgo o Glasgow.
También se pueden pedir vino por botellas o copas en muchas de ellas y en casi
todas puedes picar algo de comer, nachos, patatas, sándwiches...
Así que
nosotros decidimos adaptar a nuestra manera el ir de cañas y tapas y en cada
sitio pedíamos algo para acompañar la cerveza. De entre todas las cervecerías
que estuvimos voy a destacar algunas que nos gustaron especialmente.
“Thistle Street Bar”, en la misma calle que lleva su nombre, en New
Town. No es nada turística, más bien todo lo contrario, había chicos con kilt,
pero fuimos varias veces porque desde la primera nos encontramos superagusto.
En la
misma zona tenemos el “Standing Order”,
en George St, se trata de un antiguo banco transformado en una amplia
cervecería. Es grande, mantiene la decoración del banco con un bonito
artesonado, salas agradables en las que sentarte tranquilamente a tomar algo
con buena compañía y a las que hay que asomarse para ver la puerta de la
antigua cámara acorazada.
El “Kenilworth” se encuentra en Rose St.
Posee la barra circular en el centro, con estructura de madera de caoba,
sillones alrededor, azulejos de colores en las paredes y la antigua decoración
del techo bien conservada.
Cerca de
la subida a Calton Hill, en West Register St se encuentra el “Guildford Arms”. Posee una decoración
muy bonita, muy victoriana, moqueta, madera y dos alturas. Merece la pena la visita,
aunque la amabilidad escocesa aquí encuentra la excepción que confirma la
regla.
Ya en Old
Town, nos gustaron el “Jolly Judge”,
en el James Crt, uno de los close. Es pequeño, de techos bajos con las vigas
decoradas con pinturas, papel en las paredes y una agradable chimenea.
El “Deacon Brodies Tavern”, muy turístico
por encontrarse en plena Royal Mile, acogedor, con un bonito artesonado. Aquí
degustamos el típico desayuno escocés, con su bacón, su huevo, sus salchichas y
su haggis, las vísceras del cordero dentro de su estómago, a la vista recuerda
a la morcilla de Burgos, pero es como una especie de botillo. También pudimos
comprobar que tomarte un cafelito decente es bastante complicado.
En
Grassmarket tenemos varias opciones, el “Last
Drop”, lleno de estudiantes y gente joven, el “Maggie Dickson´s Pub” que parece decorado como si todos los días
fuera Halloween y el “Black Bull”,
grande y siempre lleno de gente, donde nos animamos con el típico “fish and
chips”, que no es nada del otro mundo.
Y más, muchísimos
más…
También
alternamos unos vinitos con algo para picar en “Ecco Vino”, en Cockburn St, lleno de fotos y botellas de vino en
las paredes y en Saint Giles St, en el “Saint
Giles Café & Bar”, con carteles de cine y recuerdos del séptimo arte.
Vuelvo a
repetir lo mismo, todos los sitios son muy acogedores y la gente muy agradable.
Fecha de visita: Noviembre 2010
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