- PARADA:
La noche
que llegamos a Salamanca fuimos a cenar al “Valencia”, en la calle Concejo. Para acceder a él hay que entrar
en un callejón que se abre a nuestra izquierda tras la Plaza de los Bandos.
El
restaurante, perteneciente a la familia Valencia durante generaciones, basa sus
platos en la cocina castellana con ingredientes de calidad. Está decorado con
multitud de fotos y motivos taurinos, lo que lo hace un lugar de encuentro para
los afines a este arte.
Nos
sentamos en la terraza, muy agradable, ya que al estar dentro del patio que
forma el callejón no tienes la sensación de encontrarte en un escaparate en el
que todo el mundo que pasa te ve comer. También hay que destacar a los
propietarios, que con su trato cercano y cordial hacen que te sientas como en
casa.
Tomamos
de entrantes paté casero, croquetas y bonito encebollado y de principal un
solomillo de ternera que de deshacía en la boca. Buenísimo. Todo estaba
impresionante. Lo regamos con un rioja, aconsejados por el dueño, ya que había
que aprovechar sus conocimientos como sumiller (40,00 € p.p.).
Fecha de visita: Agosto 2010
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