- CAMINO:
Sorprende que pueblos tan pequeños como Monleón tengan tanta historia.
Situado en la provincia de Salamanca pudimos comprobar que es el sitio perfecto para descansar. El número de habitantes es escaso y la media de edad muy alta.
Para darnos pruebas de su antigüedad, nada más llegar, el verraco, probablemente perteneciente al castro prerromano sobre el que se asienta la población, nos da la bienvenida.
A continuación nos adentrarnos en la localidad por la Puerta de la Villa.
Tiramos con paso pausado hasta el Castillo. Fortaleza del S. XV, hay documentos escritos de una edificación anterior sobre el que se erigió el actual.
Se cuenta que uno de los alcaldes de la población tomo tal posesión de ella que incluso llegó a acuñar su propia moneda y su mujer defendió la fortaleza una vez capturado este por el Rey, entregándola solo a cambio de la vida de su marido y tras las muchas súplicas del mismo.
Está muy bien restaurado. Conserva la enorme torre del homenaje coronada con garitas cilíndricas de granito y se encuentra en una de las esquinas de la muralla junto a la Puerta de Coria.
Rodeamos el pueblo hasta la Iglesia Parroquial, muy sencilla, del S. XVI, con torre campanario de acceso exterior y pequeño pórtico de entrada.
Continuamos caminando hasta la Puerta del Sol, otra de las tres puertas de la villa que se conservan y que se cree sea la más antigua.
Subimos un pequeño camino para sentarnos plácidamente junto a la muralla del S. XIII y desprovista de torres.
Las casas presentan el aspecto de antaño, madera y granito, junto a otras de menor edad sin mucho esmero por conservar el entorno urbanístico, pero supongo que más cómodas.
Y poco más, en Monleón uno viene a despejar la mente y a darse cuenta de que la vida puede ir mucho más despacio y que dejarse caer en cualquier esquina a ver pasar el día no es una pérdida de tiempo.
Fecha de visita: Agosto 2011
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