El río Gallinera recorre ocho pueblos a lo largo de un valle metido entre las rocas, Benirrama, Benialí, Benissivà, Benitaia, la Carroja, Alpatró, Llombai y Benissili.
Nos quedamos en la población de Benialí, la segunda del valle desde la localidad de Pego. La carretera estrecha, llena de curvas y sin arcén, alcanza Benialí encajonada en el valle con un gran cortado a la izquierda y el cauce del río a la derecha.
La vegetación de la zona destaca por la dedicación a la agricultura de las gentes de la comarca y está lleno de olivos, naranjos, almendros y cerezos.
Benialí queda atravesada por la carretera, otros pueblos del valle hay que desviarse para llegar a ellos, aunque nunca demasiado. Sus calles son estrechas y empinadas con las casas formando recovecos y pequeñas plazas en recuerdo de su pasado morisco. Destacan el Ayuntamiento, que reúne a los ocho pueblos de la comarca, la “Iglesia de San Roque” y el lavadero, denominado “Fuente Concepción”.
Para andar y pasear existe la “Ruta de los 8 pueblos”, asfaltada, su camino discurre junto a la carretera y el río recorriendo todos los pueblos con fuentes, lavaderos y poblados moriscos por el camino.
Es muy cómoda para ir andando, suave, fácil de transitar, solo hicimos el tramo entre tres pueblos, de Benirrama a Benissivá, paseando sin prisa entre los naranjos y los olivos, solo circulan algunos coches camino de las huertas. También la hemos utilizado para ir de Benialí a Benissivá a comer, ya que apenas hay un kilómetro entre las dos poblaciones, lo que te permite moverte entre los pueblos sin necesidad de coger el coche.
Existe otra ruta en Benialí, el “Sendero de Arte Rupestre de Benialí”. Saliendo del pueblo en dirección al río y tras cruzarlo comienza el mismo. Una pequeña subida por un estrecho camino nos lleva al punto en el que la ruta circular se divide en dos. Aconsejan subir por la izquierda y bajar por la derecha y tienen razón.
Cogimos el camino de la izquierda con fuerte pendiente y en subida continua entre las rocas. Algunas veces resultaba difícil seguir el sendero, ya que se pierde entre las piedras y no existen indicaciones por ningún sitio.
Llegamos sudando a las pinturas rupestres. Están bien conservadas al abrigo de la montaña y protegidas por una reja. Es seguro que había más de las que encuentras al llegar y que se han perdido por culpa de los vándalos y las inclemencias del tiempo. Posee tres tipos pictóricos prehistóricos, esquemático, levantino y macroesquemático.
Seguimos el camino bajando por la derecha, nada que ver con lo anterior, sencillo, suave. Un caminito de bajada tranquilo para descansar del de subida.
Por último estuvimos en la localidad de Benissivá, muy parecida a Benialí, pero con un trazado más nivelado, sin tantas pendientes en su casco urbano. Nos ofrece, destacando entre los tejados rojos y las paredes blancas y añil, la torre campanario de la “Iglesia de San Miguel Arcángel”.
Fecha de visita: Diciembre 2010
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