23 abr 2013

NÁJERA

- CAMINO:
Ciertas circunstancias ajenas a nosotros hicieron que llegáramos a Nájera más tarde de lo que nos hubiera gustado y que dispusiéramos de muy poco tiempo para ver la población.
Dejamos el coche en el parking que hay junto a la estación de autobuses y cruzamos el río Nejerilla por la pasarela peatonal para acercarnos al barrio viejo.


Esta zona de la población se encuentra encajonada entre el río y la montaña. La misma montaña es testigo de un pasado de la cuidad que se remonta a la Edad de Bronce por los yacimientos encontrados.
Por ella pasaron romanos y musulmanes, bajo cuyo dominio se alzó el castillo y a ella se traslada a vivir el Rey García Sánchez creando el Reino de Nájera-Pamplona.


Es curioso que con un pasado tan extenso y prolífico Nájera sea tan escasa en monumentos de internes.
Podemos ver el Museo Najerillense y las Iglesias de Santa Elena y Santa Cruz, esta última de 1.587, sufrió varias obras complementarias en años sucesivos y está declarada Monumento Nacional.


También son de interés lo que queda del Castillo y del Alcázar, la única puerta que se conserva de la Muralla y las Cuevas, las cuales fueron ocupadas por anacoretas.
Pero el edificio mas importante de Nájera es el Monasterio de Santa María la Real (3,00 € p.p.).


Según la leyenda, el Rey García Sánchez en una de sus salidas a caballo para una jornada de caza, vio una perdiz y rápidamente soltó a su halcón que voló en su persecución. El Rey perdió de vista las dos aves y se internó en el bosque en su busca topándose con una cueva en la que encontró una imagen de la Virgen con el niño. Esta se encontraba sobre un altar iluminado con una lámpara, una peana con una campana, un ramo de azucenas y las dos aves estaban tan tranquilas a sus pies.
Don García, aconsejado por su mujer, comenzó las obras del Monasterio en 1.045.
Pasa por varias congregaciones hasta la desamortización de Mendizábal donde sufre un gran deterioro.
El exterior se nos muestra semejante a una fortaleza, con contrafuertes cilíndricos.


Tras la taquilla, lo primero que nos encontramos es la Puerta de Carlos I, del gótico flamígero es llamada así en agradecimiento por las ayudas recibidas para su construcción, está coronada por una gran cúpula de media naranja que cubre también una bella escalera renacentista. 


La puerta nos llena al Claustro de los Caballeros, realizado entre 1.517-1.528 en estilo gótico-plateresco. Posee 24 arcos, cada uno de ellos modelado de una manera diferente y sostenido por tres pequeñas columnas. 



Destacan las tumbas de sus paredes las cuales le dan el nombre al claustro, ya que muchos nobles eligieron este lugar para ser enterrados y por encima de todas la Capilla de Doña Mencía López de Haro.  






 








El claustro fue utilizado como cárcel, almacén de obras públicas, plaza de toros, teatro, cuartel, escuela… lo que hizo que sufriera gran deterioro y posteriormente una polémica reforma. 



No olviden pararse a admirar la Puerta del Árbol del Bien y del Mal que da acceso al jardín central y que está realizada con una finísima obra de cantería.


Una puerta de nogal de estilo plateresco nos da acceso a la Iglesia. Edificada en 1.422 en estilo gótico florido, posee tres naves y crucero. 


El Retablo del Altar Mayor se realizó en 1.690 y está primorosamente recargado. En el centro posee la imagen de Santa María La Real del románico riojano rodeada por los objetos junto a los que se encontró en la cueva, presenta al niño bendiciendo al pueblo y que posee gran simbolismo místico y esotérico. 


Al fondo de la iglesia el Panteón Real precede a la cueva. Las arcas funerarias renacentistas con motivos platerescos albergan a los reyes de dos dinastías del reino de Nájera-Pamplona.



 
















La entrada a la Cueva está flanqueada por las estatuas orantes de Don García y Doña Estefanía. 


Y dentro, colándonos en la mismísima montaña encontramos reproducida la estampa que Don García se encontró según la leyenda. Presidida por una talla gótica del SXIII de la Virgen de la Rosa tenemos la campana, la lámpara y el jarrón con azucenas. La imagen original es la que se encuentra en el retablo mayor de la Iglesia.


A la izquierda del panteón real está el de los infantes donde destaca el sepulcro de Doña Blanca de Navarra, el único original del conjunto y a la derecha, una estrecha escalera de caracol nos sube a la Sillería del Coro


Atribuida a los hermanos Amutio sobre 1.493, se trata de una fantástica obra del gótico florido con sus respaldos todos diferentes, labrados con motivos religiosos, profanos, los distintos oficios, monstruos, decoración vegetal y geométrica… Es impresionante, recomiendo pararse a observar los detalles. Está presidido por una estatua de Don García sobre la silla abacial.


Abandonamos el monasterio sin tiempo para ver las Iglesias y el Museo. Dimos un pequeño paseo y cruzando de nuevo el río y su bonito parque fluvial volvimos al coche para dejar Nájera.


Fecha de visita: Noviembre 2012

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