8 mar 2013

LOGROÑO – De pinchos

- PARADA:
Ir a Logroño y no acercarse por la Calle Laurel a degustar unos vinos con sus respectivos pinchos es un pecado imperdonable. No solo es recomendable, es sencillamente imprescindible.
Tanto en la Calle Laurel como en la Calle San Agustín y perpendiculares encontramos gran variedad de bares con amplia gama de vinos, como no puede ser de otra manera tratándose de La Rioja y un buen escaparate de pinchos.


Recomiendo pedir la especialidad porque nunca decepciona, pero si este pincho no es de nuestro agrado, no hay que preocuparse ya que tenemos un montón más donde elegir.
Los sábados por la noche lo tendremos un poco más complicado por la cantidad de gente, pero siempre encontraremos un hueco donde saborear nuestro vinito.
Esta es solo una pequeña muestra de los sitios que nos vamos a encontrar, estoy segura de que encontraréis alguno que os guste y si no, hay más.
Podemos empezar con unos champiñones en el “Bar Angel”, calentitos y con una salsita riquísima. Lo cerramos dos veces, casi nos tuvieron que echar de allí.

  
En el “Blanco y Negro” el camarero nos recomendó el matrimonio y los montaditos de jamón, queso de cabra y mermelada de tomate. Hacedle caso, no os arrepentiréis.


En “Las Calderas” nos tiramos a por lo clásico y escogimos el montadito de jamón que siempre está bueno.


El “Carabanchel” te informa desde una gran pizarra todo lo que pueden ofrecer, pedimos unos montaditos de panceta buenísimos.



El olor a cordero te recibe al entrar en el “Casa Pali”, de sus especialidades escogimos las berenjenas y las alcachofas, dos de los pinchos más elaborados que nos encontramos.









Los morros y los tigres del “Bar Charly” son contundentes y sabrosos, para llenar el estómago.


No podéis pasar por delante del “Bar Cid” sin entrar a probar unas setas bajo sus parras y sus racimos de uvas.


  
En el “Donosti” son famosos sus cojonudos, sus boletus sobre picadito de jamón y las croquetas. Elegid el que queráis todos merecen la pena.








Siempre hay fallos, por eso digo lo de elegir la especialidad, en “Las Cubanas” probamos el cochinillo, riquísimo, apostaría a que es de Cascajares, pero una cosa no quita la otra y hay que pedirlo sí o sí, y un pincho de risotto que no se podía comer, imposible.







 


“La Mengula” tiene unas zapatillas muy ricas que hay que catar y un personal muy agradable.




En el “Mesón del Abuelo” aparte del montadito de lomo y del pincho de atún tuvimos un capricho y pedimos también una ración de chipirones, porque tenían una pinta…


No puedes irte de Logroño sin pedir una queja en “Las Quejas”, un riquísimo bocadillito de jamón, setas y queso.

Volvimos a caer en los chipirones en el “Bar Soriano”, no nos pudimos resistir.

 

“La Taberna de Correos” te anuncia a bombo y platillo sus preñaditos de panceta, para qué negarse.
 





 
 Las raciones del “Tal Cual” tenían tan buena pinta que no pudimos elegir solo una y nos pedimos unos calamares fritos y unas patatas fritas con foie que se acabaron en un santiamén.



Las zapatillas del “Villa Rita” son famosas y colosales y para acompañarlas nos bebimos un Paternina que estaba increíble.


Fuera de la zona de la Calle Laurel, en la Calle Portales, el sitio elegido para comenzar fue “La Taberna Portales” con sus abuelas tomando café y sus montaditos de jamón.

 






(En todos ellos vino joven y pincho, anda alrededor de 2,00-3,00 € p.p.)
Fecha de visita: Noviembre 2012

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