28 oct 2012

TOLEDO – Rte. “La Abadía”

- PARADA:

El primer día en Toledo reservamos mesa para cenar en “La Abadía”, en la Plaza de San Nicolás.
Había mucha gente y estaba hasta la bandera.
El local es muy… ¿Toledano? Quiero decir, madera, piedra, hierro, ladrillo y luz tenue, como la ciudad.


Bajamos al comedor por una escalera estrecha que llega a una sala con bóveda de cañón de ladrillo visto con hornacinas en las paredes, luces indirectas, agradable, antiguo, acogedor…
Tardamos en decidirnos con los platos, quizás no teníamos mucha hambre. A parte de agua pedimos un vino de la tierra, un “Torre Gazate”, para pasar la comida, la cual no sé si fue acertada, quizás mitad y mitad.


Degustación de ensaladas que solo estaban pasables, nada del otro mundo, de echo nos pusieron un aperitivo de cortesía a base de pepinillos y queso que estaba bastante mejor.

 
El milhojas de ahumados tampoco me gustó especialmente. Sin embargo la espada de solomillos me pareció que estaba muy buena, por la calidad de la carne, claro, pero las salsas que la acompañaban no le pegaban especialmente, romesco y tzatziki, aún así repetimos, porque una sola era escaso para cuatro y la carne estaba exquisita.

Tampoco me gustó mucho el numerito de las espadas, entiendo lo del rollo “acero toledano” y supongo que a los turistas les encantará, pero a mi particularmente no me hizo mucha gracia, sobretodo porque la primera camarera se la veía con experiencia y sacó los solomillos en un santiamén, pero la segunda daba miedo con la espada.
No hubo postre ni café. (20,00 € p.p.).
Fecha de visita: Abril  2011

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