5 oct 2012

TOLEDO III – Por puentes, puertas y conventos

- CAMINO:

El segundo día en Toledo fue diferente. Nos enteramos de que había romería ya que se celebraba el día de “La Virgen del Valle” y modificamos un poco el plan para poder acompañar a los toledanos a la Ermita de la Virgen.
Nuestro recorrido del día se basó en las puertas, puentes y conventos de la ciudad.
Rodeamos la Catedral y giramos en la Posada de la Hermandad por la Calle Coliseo, aquí tenemos acceso a dos Callejones de leyenda, el del Infierno y el del Diablo.
Por la Cuesta de los Pascuales y tras la Calle Soledad llegamos al Alcázar. Ubicado en la parte más alta de Toledo, desde su posición domina toda la ciudad. 
 

Lo que comenzó como palacio romano en el S. III, en 1.535 el arquitecto Alonso de Covarrubias lo convirtió en un edificio sobrio, cuadrado y cerrado en torno a un patio rectangular con fachada de tres pisos. Reedificado tras su destrucción en la Guerra civil, actualmente alberga el Museo del Ejército.
Bajamos por la Calle Horno de los Bizcochos, la Calle de la Magdalena y Barrio Rey hasta la Plaza Zocodover. Punto de reunión de la ciudad aquí se celebran todo los actos de importancia de Toledo y antiguamente otros como corridas de toros, las fiestas de la localidad o los autos de fe…


Por la Calle Santa Fe  y al fondo de la misma tenemos la fachada con su Santiago Matamoros, que es de lo poco que queda, junto con el ábside, del antiguo Convento de Santa Fe



Rodeamos el Museo de Santa Cruz, que en su origen fue un hospital y se convirtió en museo en el S. XIX. Fundado por el Cardenal Mendoza para niños huérfanos, la bella portada plateresca es de Alonso de Covarrubias.

 
La Calle Concepción nos lleva, como no, al Convento de la Concepción. Fundado en 1.632 es de una magnífica sencillez, con una visión del exterior de la torre mudéjar y fachada encalada en parte y en la otra parte ladrillo visto.


Las Escaleritas del Miradero nos prestan unas magníficas vistas del Puente de Alcántara y del Río Tajo.


Bajamos las escaleritas hasta dicho puente, objeto de fotógrafos y turistas. De origen romano, bajo el reinado de Alfonso X fue muy dañado y se reconstruyó. El torreón occidental pertenece a este mismo periodo, modificado bajo el reinado de los Reyes Católicos. El oriental fue reempleado por un arco triunfal barroco en 1.721.
Rodeamos Toledo subiendo por la Calle Gerardo Lobo parándonos un ratito en el Miradero Palacio de Congresos. Seguimos hasta la Puerta del Sol. De estilo mudéjar, daba paso al recinto amurallado, se construyó en el último cuarto del S. XIV. Posee arco de herradura acogido por arco de herradura apuntado.  Entre ambos tenemos un relieve que nos muestra la “Imposición de la Casulla a San Idelfonso bajo el Sol y la Luna”. Encima de este, doble arquería de arcos apuntados ciegos en la inferior y lobulados en la superior. Dos torreones, uno cuadrado y otro semicircular completan la edificación.


De aquí por la calle Real del Arrabal, nos encontramos con la Iglesia Santiago del Arrabal cuya entrada está por la Plaza Santiago del Arrabal. Se construyó en el S. XIII y consta de tres naves con crucero y tres ábsides, los cuales destacan en su fachada, con arquillos de medio punto apuntados y lobulados. La fachada principal se encuentra elevada para salvar el desnivel de la Plaza, nos muestra forma escalonada con vanos simétricos. La torre es la más antigua de la ciudad, se trata de un antiguo minarete musulmán, posee planta cuadrada rematada por ventanas de arco de herradura sobre columnillas de mármol rematadas por un alfiz.


Y a continuación tenemos la Puerta de Bisagra. La nueva, ya que la antigua nos la encontraremos más adelante.  De origen musulmán, fue reconstruida durante el reinado de Carlos V y Felipe II, según diseño de Alonso de Covarrubias. Está formada por dos cuerpos con un patio de armas en medio. El cuerpo exterior posee un arco del triunfo de sillares almohadillados coronados por el escudo imperial. El cuerpo interior posee arco de medio punto flanqueado por dos torreones semicirculares.


Atravesamos la Puerta de Alfonso VI o Puerta de Bisagra antigua. Es el único resto de la muralla árabe antigua que nos queda. Posee fachada exterior de arco de herradura rodeado por un alfiz, atravesado por un gran dintel y rematado con un relieve visigodo.  La parte superior es un añadido mudéjar y conserva un pequeño postigo de paso.


Cruzamos el parking de nuestra izquierda para ascender al Toledo antiguo de nuevo por las escaleras mecánicas.
Las escaleras nos dejan frente al edificio de finales del S. XIX que alberga la Diputación Provincial.
La Calle Santa Leocadia nos lleva a la Iglesia y al Convento del mismo nombre junto al de Santo Domingo el Antiguo.
Se supone que la Iglesia de Santa Leocadia fue edificada sobre la casa original de la santa, existe una pequeña cueva junto al presbiterio donde se dice practicaba sus oraciones.  Con torre y ábside mudéjar de arcos ciegos, sucesivas reformas han ido transformando la antigua iglesia mudéjar en la actual, siendo la última en 1.800 adaptándola al gusto neoclásico.


Cruzamos la Plaza y tras la Calle Aljibe, la Plaza de Santo Domingo El Real concentra cinco conventos, Capuchinas, Santo Domingo El Real, Comendadoras de Santiago, Monasterio de Santa Clara y un poco más allá el de Carmelitas Descalzos.
El Convento de las Capuchinas, con iglesia dedicada a la Purísima Concepción, se comenzó en 1.666, posee fachada de ladrillo repintado, hornacina con imagen de la virgen en mármol blanco y planta rectangular de una sola nave. 


El Convento de Santo Domingo El Real, fundado en 1.364, la entrada se encuentra situada en una plaza dedicada a Gustavo Adolfo Bécquer y nos muestra pórtico renacentista sobre columnas toscanas.


Las Comendadoras de Santiago ocupan una parte de lo que fue el Monasterio de Santo Domingo El Real, destaca su claustro, denominado de La Mona.
El Monasterio de Santa Clara, es el mas antiguo de la ciudad y se amplió mediante  el cobertizo de Santo Domingo para coger las casas de al lado.
Finalmente el Convento de los Carmelitas Descalzos, del S. XVII nos ofrece una muestra del barroco toledano.
Atravesamos el Cobertizo de Santa Clara para coger la Calle Alfonso X El Sabio y frente a San Ildefonso bajamos la cuesta del Callejón de Jesús y María, atravesamos la Plaza del Ayuntamiento y continuamos bajando por la Calle Pozo Amargo, hasta el río, donde una barcaza junto a la Casa del Diamantista, cuyo dueño diseñó la corona que luciría Isabel II en su coronación,  nos llevará a la otra orilla para, como los toledanos, ir en romería a la Ermita.


Tras subir a pie sin demasiada prisa durante unos veinte minutos nos encontramos con la Iglesia. Queríamos entrar, pero la cola de devotos era demasiado larga y pretendíamos ver el ambiente. Los alrededores estaban llenos de chiringuitos con comida, bebida, frutos secos, gominolas, camisetas, gorros, en fin, como en cualquier romería.
Comimos montaditos, migas y paella, tomamos unas cervezas y nos entretuvimos dando una vuelta antes de coger el autobús que nos devolviera a la población.


Toledo tiene mucho que ver, demasiado para solo dos días. Merece varias visitas para poder asimilar todo lo que te puede dar. Y no olviden la cámara de fotos por la noche, Toledo les ofrecerá unas imágenes preciosas.
Fecha de visita: Abril 2011

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