- FONDA:
El “Hotel Alfonso VIII” situado en la
Avenida del mismo nombre fue, hasta la apertura del Parador, el hotel por
excelencia de Plasencia.
Durante
años compartió edificio con la sede de la Caja de Ahorros de Plasencia y Caja
de Extremadura después, hasta que la entidad bancaria construyó su nuevo
edificio en la esquina de enfrente, entonces el hotel tomó posesión de todo el
chaflán.
La
entrada nos ofrece inmediatamente la vista de una escalera con alfombra granate
y cristalera con el escudo de la ciudad que ya nos da una idea de lo que nos
ofrece el hotel.
La
recepción, situada a la izquierda, la visitamos hasta tres veces ya que
tardaron varias horas en darnos la habitación. Nos dijeron, con mucha
amabilidad, eso sí, que los anteriores no se había ido, aunque eran las 14:00
horas y nos tocó esperar. Así dos veces más, pero era la fiesta del “Cerezo en
Flor” y estaban hasta arriba y la verdad es que se disculparon veinte veces.
Cuando
por fin pudimos ir a la habitación nos encontramos con que no tenía nada de
especial, más bien todo lo contrario, incluso un poco antigua. El estampado de
los sofás en motivos geométricos tipo años 80 y el azulejo del baño lo dejan un
poco desfasado.
Las
zapatillas de cortesía para estar en la habitación se rompieron nada más
ponérnoslas y poco más, una cama enorme y un servicio de habitaciones carísimo.
No
probamos el desayuno, como no nos dieron la habitación hasta media tarde la
dejamos a las 12:00 en punto y ya se nos había pasado la hora, así que nos
tomamos unas tostadas con un cortado en la cafetería. (4,30 € p.p.)
Tras la
salida del edificio de la Caja de Ahorros, se realizó una reforma y la
cafetería fue una de las salas que cogió esta zona del inmueble. Abierta a todo
el mundo que quiera pasar un buen rato a través de la puerta del chaflán, el
sitio es agradable, con exposiciones de pintura y fotografía, mesas para tomar
café y barra de madera en la que degustar una cervecita o un vino con su
correspondiente pincho. Lo echa todo a perder el suelo, resbala y es muy
parecido al de mi cocina por lo que acogedor, lo que se dice acogedor, no es.
Escaso en
detalles, un poco desfasado tirando a antiguo pese a la reforma, pero muy bien
situado ya que te plantas en la Plaza Mayor en un salto y el acceso a él cuando
llegas a la ciudad es fenómeno, está en una avenida en pleno centro pero muy
accesible. (88,00 € noche)
Fecha de visita: Marzo 2012
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