No es la
primera vez que cenamos en este coqueto restaurante situado en la Calle Yecla
de Valencia.
“La Salita”, con distintos niveles, paredes negras, velas en las mesas y un
ambiente íntimo y acogedor es perfecto apara una velada romántica.
Ofrecen
un menú degustación que varían según la temporada, lo que hace divertida la
visita ya que no sabes que te ofrecerán cada vez. Pero al mismo tiempo te
quedas sin platos que te emocionaron en una vista anterior como el rabo de toro
que probé la primera vez que fuimos, exquisito, pero no he vuelto a verlo en
las visitas posteriores.
Tras dos
cervecitas con yuca frita de aperitivo para abrir el apetito, nos sorprendieron
en las tapitas saladas con un espumoso de gazpacho espectacular, a la vista era
una auténtica copa de cava, pero al llevarlo a la boca te sorprendía el sabor
a… ¡gazpacho!. Conos de hojaldre con
picadillo de vaca y tomate, las clásicas chips de sardinas de la casa y
berberechos con espuma de espárragos que fue lo que menos me gustó.
Luego
vino la menestra de con dorada salvaje y panceta ibérica que me gustó mucho.
A
continuación arroz con gambas, muy sabroso. Tras el cual aparece el granizado
de de gin-tonic que refresca y lo ponen siempre.
Una vez
tomado el granizado nos pusieron turrón de foie con bizcocho de Pedro Ximenez.
El turrón era impresionante, el sabor a almendras y frutos secos destacaba
sobre el foie pero sin llegar a ocultarlo.
Yo tengo
un problemilla con el foie y pregunté si podían cambiármelo, amablemente me
trajeron queso de cabra al pimentón y champiñones.
Después
dim-sum de “fessol i naps”, con mucho sabor, muy ricos. Y acabaron los platos
principales con el solomillo de ciervo con polenta, para mi perfecto, con una
salsa de Madeira que nos hizo pedir más pan.
Y para
terminar con la feria de postres nos ofrecieron sorbete de frutas del bosque
con chocolate blanco, refrescante y dulce a la vez, coulant de chocolate con
helado de vainilla, uhmmm!!!, sin palabras y chupito de té con helado de
hierbabuena y espuma de limón.
Para
beber elegimos un excelente Mauro, un poco de agua y terminamos la cena
degustando un Tokaji.
Volveremos,
siempre sorprende y nunca decepciona (70,00 € p.p.).
Fecha de visita: Diciembre 2011
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