20 jun 2011

MADRID – Hotel “Eurostars Madrid Tower”

- FONDA:
El hotel “Eurostars Madrid Tower” se encuentra en una de las cuatro torres que acarician el cielo de Madrid desde el Paseo de la Castellana.
Un amplio hall de suelos negros y altos techos nos recibe al entrar. El personal es agradable, educado y responde al trato que le da el cliente.
El negro predomina en toda la decoración, desde la fachada hasta el cuarto de baño, es perfecto, sereno, elegante y austero.
Las habitaciones, a las que se accede desde un pasillo circular con tonos naranjas y negros (por supuesto), son amplias, muy cómodas y no sabría que decir de las espectaculares vistas que poseen… Desde la mía las torres KIO eran un pequeño triángulo sobre el suelo.
Es de esos hoteles en los que pasarte el día encerrado en la habitación no es una pérdida de tiempo.


La amplia cama posee cómodas almohadas y suaves sábanas. Los tonos neutros, el negro de nuevo, marrones y grises combinados con la madera dan calidez y aportan relax.
El cuarto de baño otorga reflejos oscuros desde sus paredes. La amplia bañera con hidromasaje, nos brinda la oportunidad de decidir entre tener intimidad o no, posee unos paneles de madera giratorios que nos permiten desde el agua tener vistas de la habitación y del amplio ventanal.
Dos puertas vidrieras nos separan la ducha con su gran alcachofa y el WC del resto del baño, donde tenemos un conjunto de amenities de regalo junto al lavabo.


Es una gozada al despertar abrir las persianas motorizadas desde la cama y contemplar entre las sábanas la vista de Madrid.
Y hablando de vistas, las mejores las tenemos desde el restaurante de la última planta. El completo desayuno, con todo lo que puedas desear y un espectacular jamón ibérico, para los que disfruten del desayuno salado, viene acompañado de una magnífica panorámica de la capital.
El hotel posee Spa y Fitnes Center, pero lamentablemente no tuve ocasión de probarlo.
Es un cinco estrellas con todo lo que se pueda esperar, no decepciona en ningún momento, pero voy a poner algunas pegas para que no sean todo alabanzas.
La lejanía del centro de Madrid sería una de ellas, pero es fácilmente superable con el servicio de taxis o el metro.
Lo peor para mi fue la ducha, el agua se sale en oleadas y no te das cuenta hasta que pones el pie fuera y ves que todo lo que hay en el suelo está empapado.
Y esa es otra pega, cuidado con el suelo radiante, si lo dejas encendido por descuido te puedes abrasar la planta de los pies.
Por lo demás, perfecto, me encantó y repetiría con sumo gusto (200,00 € noche, incluido desayuno).

Fecha de visita: Diciembre 2009

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