- CAMINO:
Taramundi es un pueblo del interior de Asturias junto a la frontera de Galicia en la “Comarca de los Oscos-Eo”.
El pueblo está rodeado de escarpadas montañas, angostos valles, estrechas carreteras, caminos tortuosos que unen pequeños pueblos, casas de campo dedicadas a la agricultura, rebaños, bosques y ríos. Es espectacular. Cualquier rincón merece la pena parar a verlo, hay cascadas, ermitas, vistas espléndidas...
Taramundi es pequeño, con calles anchas siempre en cuesta, casas de piedra con tejados de pizarra y navajas artesanales. Posee una iglesia del S. XVIII, que nunca vimos abierta.
El primer día, tras dar un pequeño paseo por el pueblo, nos fuimos a visitar el conjunto etnográfico de “Os Teixois”. Un grupo de ingenios hidráulicos dedicados al aprovechamiento del agua. Se abrieron al público en 1980 y en ellos podemos observar como un pequeño riachuelo llamado Las Mestas, hace funcionar un molino, un mazo, una fragua, una rueda de afilar, una pequeña central eléctrica y un batán.
Todos funcionan a la perfección y es impresionante ver como el ser humano utiliza todos los recursos para sobrevivir utilizando la física elemental y la naturaleza. El entorno es precioso y la pequeña aldea no tuvo carretera hasta hace solo dos años (2,00 € p.p.).
De vuelta paramos en otro conjunto etnográfico, el “Museo de los Molinos de Mazonovo”, era tarde, así que nos limitamos a verlo desde fuera. Consta de una serie de edificios en los que te muestran la evolución del molino, tanto manual como de agua, desde la prehistoria hasta nuestros días.
El segundo día nos levantamos temprano para ir con la marea baja a la Playa de Aguas Santas o Playa de las Catedrales, perteneciente al municipio gallego de Ribadeo y concluimos la mañana paseando por sus calles.
Nos fuimos a comer a la población de Tapia de Casariego y aprovechamos para dar una vuelta. Bajamos hasta el pequeño puerto y andamos por sus calles anchas y silenciosas, con casas blancas que no superan los dos pisos.
Después de comer nos acercamos hasta el Cabo de San Agustín para ver el paisaje desde el Faro e intentar no volarnos con el viento. Está situado junto a la población de Ortiguera y la Capilla de San Agustín. Junto al faro nuevo se encuentra el antiguo realizado en piedra y la campana que servía para avisar de la llegada de los barcos.
A la vuelta, antes de coger la N-634 cogimos un camino sin asfaltar a la derecha y nos entretuvimos en el Castro de Mohías. Parece abandonado, pero con las ruinas muy bien conservadas. Data del S. I o II después de Cristo, de origen romano posee las casas prácticamente cuadradas y se pueden observar hogares en alguna de ellas. La pena es que la abundancia de hierbas, retamas y matojos no permitían apreciar el conjunto.
Recorrimos la carretera de la costa visitando pueblos, playas y acantilados. El pueblo pesquero de El Puerto de Vilavelez tiene un puerto de pescadores con pequeños barcos atracados y casitas encantadoras. Posee una subida empinada hasta un mirador con un merendero en el que pasar un rato agradable y descansar. La bajada es peor, duelen las rodillas.
Paramos también en la Punta de la Atalaya, donde nos deleitamos de una puesta de sol perfecta.
Al día siguiente pasamos la mañana recorriendo la "Comarca de los Oscos-Eo" y algunos de sus pueblos.
Posee uno de los castros más importantes de Asturias. Actualmente está en pleno proceso de restauración y se están realizando en él importantes excavaciones arqueológicas. Fue un importante núcleo comercial durante la ocupación romana, S. I y II después de cristo, pero las excavaciones han encontrado vestigios de su construcción hacia la edad de bronce.
Un paseo por la población también nos muestra varios hórreos, edificaciones con tejados de pizarra, muros de piedra y puertas de madera. En nuestro vagabundeo bajamos al río Cabreira por un camino muy agradable en el que la vegetación nos abrigaba en un túnel.
El último día decidimos improvisar y cambiar de comunidad autónoma, ya que Galicia estaba tan cerca. Pasamos con el coche por diversas poblaciones sin interés aparente y buscamos un lago sin éxito, que debió de secarse hace tiempo. Nuestro camino sin rumbo nos hizo terminar el día en la población de Mondoñedo.
Y aquí acabó nuestra pequeña incursión en Taramundi y alrededores.
Fecha de visita: Septiembre 2010
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