- CAMINO:
Entramos en Tudela de noche. Nada más llegar ya estábamos en el centro lo que nos dio una idea de sus dimensiones. De momento vimos que era una población con gran actividad.
Accedimos a La plaza mayor, Plaza de los Fueros, a través de un pasadizo bajo el edificio que la preside denominado Casa del Reloj. La plaza conserva las fachadas decoradas con pinturas taurinas lo que nos puso sobre aviso de su pasado como plaza de toros. En el centro posee un quiosco de la música. Estaba llena de gente, con las terrazas a rebosar y con un ambiente cálido y de diversión. La gente disfruta de la ciudad y eso se nota.
Saliendo de la plaza hay tres calles bien diferenciadas, la de la derecha, la Calle Miguel Eza, lleva a las zonas residenciales, la del centro Calle Gaztambide-Carrera, es peatonal, muy comercial, llena de tiendas y la de la izquierda, la Calle Concarera, nos lleva a la parte antigua en la que tenemos una amplia oferta de bares y restaurantes.
Al día siguiente y a plena luz nos fuimos por la Calle Concarera. Lo primero que vimos fue el Mercado Municipal, muy restaurado. Después, tras atravesar la Plaza San Jaime tomamos a la derecha por la Calle del Juicio para aterrizar en la Catedral. A mano derecha nos encontramos el Museo de Tudela, al que no entramos por falta de tiempo y accedimos al templo a través de la denominada Puerta del Juicio, abundantemente labrada con motivos del juicio final, en el pasado estuvo policromada. La Catedral de Santa María está construida sobre la antigua mezquita. Se realizó en diferentes etapas y se trata de un claro ejemplo de ejecución cisterciense. Comenzó su construcción en el siglo XII y no terminó del todo hasta el siglo XVI. En su amplia fachada de piedra destaca la torre renacentista realizada en ladrillo. El interior es amplio, posee grandes dimensiones. Destacan la imagen de la Virgen Blanca, los retablos góticos, la capilla barroca de Santa Ana y la sillería románica del coro.
Tras la catedral dimos una vuelta por la población. Hay calles tan estrechas que casi se tocan los aleros, como es la Calle San Antón, llamada así por el convento de frailes que antes albergaba y del que ahora solo se conserva parte de la cabecera de la iglesia con los escudos de armas de los Marqueses de Montesa, en la Plaza Ha-Levi Yehuda. Tras esta volvimos a la Calle La Rua hasta la Plaza San Nicolás. La Calle La Rua la hallamos presidida por grandes casonas palaciegas con los escudos de armas de los moradores en sus fachadas Como la llamada “Casa del Almirante”, de estilo plateresco, con bonito alero.
La Iglesia de San Nicolás situada en la plaza del mismo nombre posee una esbelta torre y fachada de ladrillo, no se puede acceder al interior ya que se encuentra abandonada. Conserva de su pasado románico el tímpano de la puerta.
Continuamos por la Calle Serralta hasta la Plaza Mercadal, presidida por la Iglesia de San Jorge, una de las primeras iglesias jesuitas de España y el Palacio del Marqués de Huarte, actual biblioteca y en el que destacan las magníficas pinturas al fresco de su fachada.
Volvimos a la Plaza de los Fueros por las Calles Leaches y Cortadores. El ambiente es estupendo y la gente muy agradable. Lástima del escaso tiempo del que disponíamos.
Tudela nos sorprendió para bien.
Fecha de visita: Septiembre 2010
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