4 ago 2013

MARRAKECH – Rte. “Comptoir Darna”

- PARADA:
El restaurante “Comptoir Darna”, situado en la Av. Echouhada Hivernage de Marrakech, es perfecto para disfrutar de una excelente comida marroquí y empaparte de la cultura local ya que la cena viene acompañada de espectáculo.


La acogida por parte de los empleados al llegar es impresionante, ya que hay gente recibiéndote en la puerta, en el pasillo, en la mesa de recepción... Como llegamos tarde tuvimos que esperar a que nos dieran mesa, así que mientras esperábamos subimos por la escalera imperial para disfrutar de unas cervecitas en la planta de arriba.


Madera oscura, mesas bajas con silloncitos, velas, lámparas con cristales de colores y varias estancias forman el comedor. Las paredes poseen un acabado típico de la artesanía marroquí, como un estuco brillante que también se puede ver en objetos de cerámica.
Hay patios interiores con plantas donde fumar una shisha y tomar un te con menta. Al entrar en el restaurante, el primer pasillo posee una sala de sofás con mesitas y luz tenue donde relajarse entre velas y ligeras cortinas.


La planta alta además de utilizarse como comedor está el bar, con su amplia barra llena de bebidas y degustar elaborados cócteles. Se accede a través de una doble escalera de madera con candelabros en el descansillo y ajetreo de camareros con grandes bandejas llenas de comida.
Tras unos tragos a nuestra cerveza “Casablanca” (90 dirhams) nos dijeron que teníamos la mesa lista.


Nada más sentarnos, precedidos por una agradable camarera, comenzó el espectáculo, bailarinas del vientre, con sus suaves contoneos aparecieron en el comedor, junto a ellas otras mujeres con velas en la cabeza bailaban manteniendo el equilibrio. 

 
Las bailarinas se movían entre las mesas donde los clientes les colocaban billetes enganchándolos en la ropa. Mientras, los camareros palmeaban desde la escalera.



















Una vez terminado el espectáculo, el cual se repite varias veces a lo largo de la noche, nos tomaron nota y nos sirvieron el pan.
En la cestita había dos tipos, de romero y de sésamo con aceitunas. A mí me gustaron los dos, mas fuerte el de aceitunas, a mis compañeros no les agradó mucho el de romero, decían que sabía a moho.


Como entrante pedimos pastilla de pollo. Me gustó mucho, es el plato que más me ha gustado de Marruecos, una mezcla de salado y dulce, el pollo junto con la canela y las uvas pasas... buenísimo... y luego el crujiente del exterior, con azúcar glass. Impresionante.


Para los segundos platos tardaron una barbaridad, menos mal que teníamos el vino. Uno marroquí, llamado “Volubilia” que estaba bastante bien. 

 
Cuando por fin atraparon el cordero nos lo trajeron a la mesa en una bandeja y lo deshuesaron delante nuestro, estaba rodeado por verduras al vapor y muy hecho, por lo que me gustó, muy bueno y muy sabroso.


También tomamos tallín de pollo con limón y aceitunas, iba acompañado de cuscus y me encantó, he de confesar que casi todo me lo comí yo, ya que los demás tiraron del cordero, el plato era para dos, pero como podéis ver en la foto había cordero para seis.

 
No hubo postre, pero sí té con menta y unas pastitas. Muy bueno.


El local muy chulo, el ambiente muy turístico, mucho guiri, las bailarinas... la comida genial, lo peor la música, muy alta, tanto que casi no se podía hablar y también lo que tardaron en traer los platos. ( 335 dirhams p.p.)
Fecha de visita: Septiembre 2012

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